La colposcopia, es la observación por medio de un microscopio del epitelio del cuello del útero, las paredes vaginales y la entrada de la vagina, para poder identificar lesiones precancerosas. La colposcopia es de gran precisión para detectar este tipo de lesiones.
El aparato empleado para la colposcopia, se llama colposcopio. Este colposcopio ilumina la vagina y el cuello del útero y puede aumentar su vista normal hasta 60 veces.
La camilla en la que se tumbará la paciente para realizarla la prueba es la misma que la que utilizamos para la revisión ginecológica. El proceso es muy sencillo, el ginecólogo pedirá a la mujer que se tumbe boca arriba con las piernas situadas en unos estribos. Posteriormente, se introduce un especulo en la vagina (es el mismo especulo que en la realización de la citología) y se aplica en el cuello del útero una sustancia química para poder retirar el moco y así poder resaltar las zonas anormales que se pueden tener. Posteriormente se coloca el colposcopio en la apertura de la vagina para poder examinarla.
El colposcopio puede tomar fotografías si así lo estima el ginecólogo.
En la realización de la colposcopia también pueden tomarte una muestra de tejido, lo que se denomina biopsia.
La recuperación tras realizarte la colposcopia es casi inmediata, pero si en la prueba te realizaron una biopsia, es posible que estés dolorida durante un par de días y también manches un poco de sangre.
Si te practicaron la biopsia, sería aconsejable que durante un periodo corto de tiempo:
Aconsejamos a nuestras pacientes que se realicen la colposcopia en los siguientes casos: